Poemas sobre la tristeza y la depresión
La tristeza, compañera fiel en los momentos de oscuridad,
nos acompaña en el camino del duelo y la soledad.
Cada sombra es un recordatorio de la luz que vendrá,
una promesa de esperanza en medio de la tempestad.
La tristeza, sombra que oscurece el alma en su dolor,
un peso que pesa como plomo y deja un sabor amargo.
Cada lágrima es un susurro del corazón que llora,
un eco de la pena que se esparce y se evapora.
En el abrazo de la tristeza, el alma encuentra su refugio,
un lugar donde el dolor se hace compañero en el asilo.
Cada suspiro es un recordatorio de la fragilidad del ser,
que nos recuerda que en la vulnerabilidad está el poder.
En el susurro del viento, la tristeza nos habla con dulzura,
un eco suave que nos envuelve en su ternura.
Cada palabra es un consuelo en medio del desvelo,
un bálsamo que calma el alma en su duelo.
La tristeza, maestra sabia en el camino del crecimiento,
nos enseña a aceptar nuestras sombras con aliento.
Cada lección es un aprendizaje que nos fortalece,
una oportunidad de crecer y renacer en la nieve.
En el abrazo de la tristeza, el alma encuentra su consuelo,
un espacio donde sanar las heridas y desvelo.
Cada momento es una oportunidad de crecimiento y aprendizaje,
que nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos con coraje.